Experiencia: «renova la teva roba» 2014

Como ya adelanté en una entrada anterior, este año íbamos a probar esto del «Renova la teva roba«, organizado por un buen montón de colectivos de muy diversa índole, auspiciado por el ayuntamiento de Barcelona y en colaboración con otro buen montón asociaciones de consumo colaborativo y ONGs. Este despliegue de medios lo que ha permitido es que hubiera un muchos de puntos de intercambio, horarios y días diferentes, con lo que ha sido muy fácil poder participar. Y estas son nuestras impresiones.

1. Entregar mi ropa

Lo primero de todo había que seleccionar prendas que ya no quisiera en mi armario para que me las cambiaran por «renoves«, según unos criterios establecidos. Los requisitos parecían bastante severos y yo me los tomé muy en serio (mayormente porque me parecieron lógicos):

– La ropa debe estar limpia, sin agujeros ni descosidos ni manchas.
– Se podran traer como máximo 10 piezas.
– Sólo se acceptará ropa de vestir. No se aceptarán zapatos ni ropa interior ni de casa.

Así que escogí muy cuidadosamente la ropa. Escogí aquellas diez prendas que ya no me venían o que ya no me iba a poner por algún motivo (la gente madura y eso…) pero que estaban en muy buen estado, o buen estado al menos. En total yo calculé que obtendría como máximo si me las aceptaban todas 15 renoves.

Fuimos a un punto de intercambio muy céntrico porque nos iba bien el horario. Y allí nosrenova2014 esperaba la primera decepción. Yo esperaba un comité evaluador que buscase agujeros, descosidos y manchas, pero nos encontramos con tres hombres que no sabían muy bien qué hacían allí. Parecía un chiste: un pobre señor bastante mayor que no se enteraba mucho, un hombre cincuentón que acaba de llegar de algún país lejano y exótico por medios no convencionales, y un joven que parecía un caso exitoso de reinserción social por parte de una ONG. Los tres extremadamente amables, no supieron llegar a una conclusión exacta sobre el número de prendas que llevaba y decidieron a ojo que me merecía 20 renoves. Todo esto en un ambiente de caos afable y complaciente, donde una formidable  profusión de gestos y expresiones cordialiales impedía cualquier intento de comunicación efectiva.

Así que me fui con los 20 renoves y una sensación de ligero desasosiego (¿dónde quedaban los criterios de selección?).

2. Intercambio de los renoves por ropa

Bien, me hice una lista: quería encontrar ropa pre-mamá, ya que no pensaba comprarme nada más que lo imprescindible (si podía evitarlo). Básicamente, un abrigo o similar y unos pantalones blancos o claros. Para esto me bastaban 5 de mis 20 renoves, así que iba sobrada. Y si veía alguna cosa más… pues pa’la saca.

2.1 Primer intento. En el mismo lugar donde dejé mi ropa.

Allí volvimos, pero ahora ya no estaban los tres caballeros, sino un equipo eficiente de  chicIMG_2320as y chicos que sacaban la ropa y la ordenaban por tipos de prendas. El lugar era agradable, había música y bastante gente mirando a ver qué encontraban, sobre todo mujeres. El público era el mismo que te esperarías encontrar en el Zara o el C&A, un poco de todo, pero con targetas de crédito en el bolso, seguro.

Y aquí mi segunda decepción. Mucha ropa no es que hubiera, aunque mi pareja se sorprendió: esperaba que hubiera bastante menos. Había alguna cosa chula, cosas de tiendas bastante populares y actuales, alguna cosa de calidad pero difícil de clasificar por su extravagancia (aunque eran los menos), pero también había ropa vieja, gastada, con agujeros y manchas. Y nada en absoluto de pre-mamá, ni abalorios o complementos interesantes. También cabe señalar que la sección de ropa masculina era prácticamente inexistente.

Nos fuimos de allá sin intercambiar un sólo renove.

2.2 Segundo intento

La limitada cantidad de ropa que había expuesta me permitió analizar cuáles de mis prendas habían sido cogidas el día anterior, el primer día que se abrió el punto de intercambio. Y éstas habian sido las más nuevas, las más sencillas de ser aprovechadas y, en definitiva, las mejores. En conclusión, lo mejor es ir en cuanto se abra el punto de intercambio.

Lamentablemente, no hubo segunda ocasión. Me he quedado con los renoves en la mano, nos ha sido imposible ir a otro punto de intercambio. Las causas han sido varias: unas jornadas laborales especialmente intensas, mal tiempo, y tener que hacer frente a otros compromisos más urgentes.

3. Conclusiones

Por tanto me quedo sin pantalones blanco de pre-mamá y sin tener muy claro si ha sido una experiencia fallida por nuestra parte, o no hemos acabado de entender el concepto… o si no acaba de funcionar la cosa. No se. El año que viene lo volveremos a intentar.

Lo que está claro es que no he perdido nada, ya que la ropa que doné estaba destinada a ser donada. Si no hubiera sido así quizás me hubiera molestado más en intercambiar los renoves o quizás estaría algo enfadada.

En conclusion: no hay evaluación este año. El año que viene, más.

Acerca de Madre Entrópica

Nací en los ochenta y soy, por los pelos, de la generación millenial. Pero de los tempranos, no de los ni-nis, sino de los que estudiaron mucho y emigraron. Yo estudié mucho y me doctoré en química orgánica, pero no emigré. Me quedé y ahora me he reproducido. Y aquí estoy. Escribiendo esto.
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2 respuestas a Experiencia: «renova la teva roba» 2014

  1. Marina dijo:

    Hola, somos un colectivo, Iniciatives pel Decreixement. No sé si nos conoces pero me gustaría saber quién eres. Yo soy Marina Reig y he trabajado en Setem, con temas de consumo responsable.
    Ahora mismo estoy redactando un pequeño texto para una de sus publicaciones y he llegado hasta tu bloc
    Marina

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    • Duende dijo:

      Hola, perdona que no te haya contestado antes, pero es que justo esta semana ha nacido mi hija y voy un poco retrasada en la actualización del blog. Yo si que os conozco y también a Setem. Este blog intenta recoger las experiencias de una familia que trata de aplicar ideas y conceptos de austeridad voluntaria y decrecimiento en un entorno inicialmente hostil a estos principios como sería una gran urbe. Es una iniciativa humilde pero que creo que es necesaria dado he constatado que habría más gente de la que parece interesada quizás en buscar alternativas al consumismo salvaje, pero que invariablemente asocia cualquier iniciativa con dificultades insalvables o con formas de vida no compatibles con lo que socialmente está aceptado. Vamos, la idea es romper falsos mitos y encontrar los límites prácticos en la aplicación de la teoría a situaciones de la vida cotidiana.
      Para cualquier cosa, estoy a tu entera disposición.
      Ana

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